A ti
De lo que soy hoy hay un poco de ti. Gracias.
Apareciste en un momento cuando mi brújula no tenía rumbo.
Apareciste y me devolviste una energía descargada.
Hiciste que volviera a apasionarme por lo que había desdibujado de mi ser y más me representaba.
Hiciste que valorara más un abrazo que una frase gramaticalmente perfecta.
Hiciste que creyera más en mí cuando menos lo hacía.
Hiciste que fuera un poco más fuerte.
Me has llenado, me has enseñado y, a veces, me has dolido.
Me he arrepentido de no haberte enseñado antes más lo que soy.
Me arrepiento que el destino no nos cruzara en otro momento.
Me arrepiento de lo que nunca dije y sentí.
No me arrepiento de lo que a partir de ahora seremos.
Hoy también me duele un poco cerrar del todo lo que tuvimos.
Hoy también me hace feliz pensar en nuestros próximos pasos.
Hoy también me hace feliz pensar como nuestro pasado y futuro se fusionarán, siendo nosotros cada día un poco mejores, cada día un poco diferentes.
Espero que seas feliz. Que encuentres quien te llene tus días de imprevistos, de sorpresas, de reglas no escritas.
Espero ser feliz. Que encuentre a quien me enseñaste que querría tener a mi lado. Que me saque de mi zona, que me llene con un abrazo.
Espero que lo nuestro se (re)construya hacia una amistad de los que pocos puedan presumir. Espero la nueva versión de nuestros abrazos.
Trasnochar explicándonos la vida;
Trasnochar con una sonrisa por lo que fuimos-y-no fuimos y lo que ahora somos;
Trasnochar para alegrarnos de lo que logramos.
A, gracias. Siempre te tendré un cariño del que pocos pueden atisbar. Como se quiere a esa persona que te ha hecho un poco mejor sin saberlo. Esa persona que ha deseado lo mejor en ti. Esa persona que seguirá estando ahí durante años. Esa persona que ha contado todos los lunares de tu cuerpo y sabe leerte incluso en braille. Porque cuando eso pasa, una amistad es (casi) indestructible.
Te espero en la próxima estación;
Te espero en el próximo abrazo.